Un buen conferencista debe tener una serie de cualidades que le permitan transmitir su mensaje de manera efectiva al público. En primer lugar, debe ser un experto en el tema que va a exponer, con un conocimiento sólido y actualizado en la materia. Además, debe tener una gran capacidad comunicativa, con un lenguaje claro, conciso y persuasivo que conecte con la audiencia. También es importante que tenga una buena presencia escénica, que genere confianza y seguridad en los asistentes. Por último, un buen conferencista debe ser capaz de adaptarse a las circunstancias y necesidades de su público, siendo flexible y respondiendo a las preguntas e inquietudes de los asistentes. En definitiva, un buen conferencista es aquel que logra transmitir sus ideas de forma clara, interesante y relevante para su audiencia.